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Historias de Friki-Ficción

'ALEX KIDD: CERDO PARA EL TERCERO'. Una Crítica Positiva.

Puede encontrarse estos días en las carteleras de algunos cines patrios, no desde luego en los llamados “mejores” por los mandamientos de la Meca californiana, una película del todo inusual que he tenido la fortuna de paladear con verdadero tiento. Se trata de la inmejorable "Alex Kidd: Cerdo Para el Tercero". Se me antoja que esta producción greco-turca hubiese podido pasar a la historia del cine si no se hubiera visto expuesta al terrible filtro ninguneico de nuestra querida era de la desinformación. No acierto a explicarme de otra manera por qué yo no sabía nada de esta del todo inteligentísima obra maestra de Joachim Lildred ("Viento en la Sotana", "Caminito de Bizarria", "Las Aventuras del Fígaro Japonés"). No quede por mi agilidad informativa, ya que es mi trabajo y me gusta estar al día de los más frescos productos, ora cinéfilos, ora cinefóbicos. Es extravagante que no haya tenido noticia de ella hasta el momento de ver el cartel encima de la máquina de palomitas de mi odiado cine Palace.

Pero aparcaré mi asombro, nada atenuado por las explicaciones de mi psiquiatra, para entrar al trapo de una vez y honrar como merece esta excepción que confirma la regla acerca del futuro del cine: que no es itra que la de mierda que se nos viene encima, amigos. Los antecendentes de "A.K:C.P.T" no son nada halagüeños. Las películas basadas en videojuegos han sufrido, ya desde principios de los 90, mefíticas manifestaciones de lo que tan disparatada dialéctica podría suponer: "Mario Bros", "Double Dragon", o el horror en caída libre: "Street Fighter. The Movie". Realmente escalofriantes perpetraciones sin imaginación alguna que agotaron por sistema nuestra paciencia y nuestro bolsillo. Tan oscuras tentativas no desanimaron ni mucho menos a los infames creadores de estas adaptaciones, y así se sucedieron ante nuestros ojos productos tan alucinantes, por nefastos, como "Tomb Raider" y "Mortal Kombat", de las que, sin referéndum popular previo, se han llegado a hacer segundas partes.

 

Corre el rumor de que llegó el infausto día en que Van Damme tuvo que delegar en otros la tarea de escoger sus proyectos... pero todos sabemos que es mentira.

Con semejantes antecedentes penales y penosos parece normal que al cada vez menos amplio sector de la crítica honrada, a la cual me adjunto de forma nada arrogante, quiera pasar por alto la más nimia mención a una peli de semejantes características. Pues bien, aunque no soy defensor de mezclar medios cuya esencia puede resumirse en el "Pang" y John Ford, paso a firmar y afirmar esta crítica del todo positiva. La trama de A.K:C.P.T, a priori sencilla, está sacada del videojuego homónimo que Sega, a finales de los 80, regalaba con la compra de una Master-System 2, "Alex Kidd in Miracle World": básicamente un malvado rapta una princesa, y el padre de ésta le pide a Alex que se la rescate. Alex se pelea con quien se le cruce haciendo gala de unos nudillos envidiables, para acabar dando su merecido al malvado y rescatar a la que va a ser su amor, quiera o no. Punto y final. Así de rotunda, soberbia e ingeniosa era la historia original...

 

 

La elección de actores es, como mínimo, chocante. Tan aleatoria como acertada, que diría el Punset. A nadie extrañe pues, ver a Michael Abbot en el papel de Alex, o a Lou Ferrigno en el de Rey Miracle (al fin se le concede otra oportunidad a este talento y talante de la gran pantalla). Mención especial para Rafaella Carrá, una princesita del todo rosa y ejemplar.

Mike Abbott, un Alex Kidd que no dejará a nadie indiferente...

Joachim Lildred gusta asimismo de innovar en la forma (recordemos el planeta triangular de "Viento en la Sotana") para revolucionar el fondo. La verdadera grandeza de A.K:C.P.T, reside en su fidelidad al videojuego original. ¿Cómo?. Sorpresa de sorpresas: La película está hecha en 2-D. ¿Descabellado?. Por supuesto, pero fiel. Como suena: 2-D. Es bastante complicado de explicar debido a la mala educación de nuestras percepciones. Valga de ejemplo la escena de la batalla contra el hombre-cangrejo (sí amigos, es él, Uwe Boll, no se pierde ni una). Nada de kárate, ni motosierras, ni unos míseros litros de napalm. Luchan a piedra-papel-tijera. Pues bien, en esta escena Alex tiene que estar pendiente del hombre-cangrejo, y de unos monos con casco de obrero que parece que tienen intención de tirar cubos de agua a la cabeza de nuestro protagonista. Alex los mira a ambos, pero no hay cambio de volumen o sombras en su silueta. Esta desconocida técnica tan bizarra y tan lejos de crear escuela por su truculencia, alcanza cotas verdaderamente magistrales cuando los monitos finalmente le arrojan el agua en pleno hierático rostro. A pesar del lógico caótico movimiento que se espera del agua, los miles de gotas ni se acercan ni se alejan de la cámara, que debe estar situada a tres metros como máximo. Espero ansioso mi entrevista con Michael Abbot explicando el secreto de esta fantástica pirueta visual.

 

Creo haber dicho suficiente como para convencer a cualquiera de la frescura que supondrá esta producción en el triste panorama actual. Otras son las sorpresas que aguardan al espectador durante los escasos 217 minutos de metraje de A.K:C.P.T. Banda sonora de Luis Aguilé, si necesitan más razones para verla...

Lou Ferrigno es Rey Miracle... que para eso es un Milagro cuando consigue ir al baño...

Una última admonición al gremio de dobladores de Ancha es Castilla: Después de haber ido dos veces a ver la peli, y sabiendo que el título original es "Alex Kidd: Bread knows nothing", aún no sé a que viene la coletilla “cerdo para el tercero”. Ni sale ningún cerdo, ni ningún tercero de nada, o si se refiere a que habrá trilogía, o hace referencia a algún refrán hasta ahora ignorado por mí...

Sin más, saludos cordiales desde mi acolchado despacho.

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Desconocemos qué sustancia alucinógena y propirética tomó nuestro Dr. Smegman a la hora de redactar esta crítica, mas una vez leída creo que hablo en nombre de todos al gritar: "Nosotros también queremos de esa mierda, nano".