La Invasión de los ZOMBIS PEPERONI
A ver, vosotros cuando fuistéis canijos y vuestro padre o madre o tutor al efecto os sacaba de paseo al VideoClub de la esquina para "alquilar una peli", ¿no os topásteis nunca con esta cabronada?:
Apuesto que sí. Yo desde luego, y a decir verdad que durante años me tuvo "traumado" la carátula de marras, que me daba un miedo que me cagaba encima (aunque cada vez que fuese al VideoClub no pudiese dejar de echarle un ojo, para, al momento, retirar la mirada asustadísimo), al menos hasta que me dejaron empezar a alquilar "películas de miedo", iniciándome así en la senda de la VideoKaspa con los resultados que todo habitual de este lugar conoce de sobras. No obstante, tardé muchos años en poder ver la dichosa "peli de carátula traumadora", ya talludito, y claro, las cosas ya no fueron lo mismo.
"¿A que este cartel ya no es tan cabrón?"
No sólo porque yo ya tenía mis años, sino porque había videado ya tanta porquería que me había así como vacunado, insensibilizado, y además la peli de Umberto Lenzi acabó resultando más bien decepcionante. Aquí en España, con la preclaridad que siempre nos ha caracterizado, titulamos esta "Incubo sulla città contaminata" (1980), como LA INVASIÓN DE LOS ZOMBIES ATÓMICOS, mientras en yanquilandia, siempre tan audaces ellos y dispuestos a abreviar, la llamaron "Nightmare City", y a fe que no les faltó razón, porque la peli tiene más de pesadilla que de otra cosa, y no sólo literalmente.
Puestos a imaginar, sacaros el cerebro del cráneo y extendedlo sobre la alfombra, sin miedo: imaginad que un avión que tiene que traer a un eminente científico para dar eminentes conferencias no trae al científico, que está lleno de zombis que nada tienen que ver con los de Romero, es decir, que son más ágiles que Gervasio Deferr, tienen peor mala baba que Louis Van Gaal, y están tan armados hasta las cachas como Charlie Sheen en "Hot Shots 2". Así que nada más aterrizar la emprenden a tiros y cuchilladas con el Ejército, que ni el Omaha Beach del Steven Spielberg, amigos. Luego pasan por la TV pública y lo mismo, en pleno magazine mariateresacampero, en vivo y en directo, zas, cogen a las bailarinas del coro y se las cepillan también. Y lo mismo, cómo no, pasa cuando llegan al hospital y arman el Belén. A todo esto cabe reseñar que un periodista lo ha grabado todo desde el principio y muchos de los zombis paracen coaligarse misteriosamente para perseguirlo a él y a su rubia mujer. Entre medio ¿con quién nos topamos', con el mísmísimo Mel Ferrer (padre) -que debía andar escaso de pecunio por aquél entonces, porque si no no se entiende, oigan- y, atención, con nuestro Paco Rabal, que es, ojo al dato, Oficial del Ejército de los EUA (jua-jua-JUA), al que le interrupen el lote que se estaba dando con una gachí esculturera por aquello del deber es el deber y tal. Conque así, entre un aquí te piño, aquí te tajo, allí te clavo un atizador de leña en el mismísimo ojo, todo va degenerando hasta que al final desemboca en algo imposible y trágico, y es entonces cuando se nos muestra que todo había sido una terrible pesadilla, de modo que a la mañana siguiente volvemos a encontrarnos al periodista de marras en el aeropuerto esperando que aterrice el avión que "se supone" trae al científico, pero no, y todo vuelta a empezar: se acaba la peli y tú te cagas en toda la familia habida y por haber del tal Umberto, por ingenioso. Y si no me créeis mirad, mirad...
Los Zombis Atómicos del Umberto Lenzi se caracterizan por dos rasgos fundamentales, a saber: 1) que su cara y sus manos paracen pizza con mucho mucho peperoni...
y 2) que observan gran predilección, no sólo por la sangre humana en general, sino por cortar, pinchar y sajar toda teta viva que se mete en su camino, eso sí, previo plano gratuito de senos, como es menester en este tipo de productos zorrofílmicos...
Pero no desesperéis aquellos fanáticos de de la kaspa que todavía no os habéis tirado a la cara esta basura, porque tenéis al menos 1 Gran Motivo para no dejar de verla, ese Gran Momento Absurdo, MOMENTO QUÉ?! donde los haya, que nos hizo partirnos la caja a todos el último Halloween. Estábamos en la misma sala en la que nos fotografiamos con Viru hace nada y tocaba sesión de UltraVideoCaspa: llevábamos mitad de película a medio gas, con una carcajada allí y otra aquí, nada del otro jueves, no obstante, hasta que llega el momento en que los zombis peperoni de Lenzi asaltan el Hospital. Hay un cirujano en plena operación a corazón abierto, tensión, tensión, se va la luz, vuelve, se va otra vez, el cirujano se caga en todo. Algarabía suena quirófano afuera, son los zombis pasando al personal a cuchillo, pero eso el cirujano no lo sabe, todavía... Porque de repente entran unos zombis en el quirófano, ¡Toma ya!, todo el personal adyacente se queda atónito, menos nuestro cirujano, claro, que es un tipo duro, curtido, un tío del puerto, vamos. ¿Cuál es su primera reacción al ver a los Zombis?... Pues nada más y nada menos que LANZARLE EL BISTURÍ AL JETO DE UN ZOMBI CUAL MAGISTRAL LANZADOR DE DARDOS!!! ZASSSS!... Partida de pecho general en la sala y la gente aún se está desternillando cuando el zombi que ha recibido el "bisturazo" en pleno pecho se lo arranca de encima y se lo clava al atrevido galeno entre pecho y espalda. Memorable secuencia que quedará para los ANALES (literales) de la cinematografía Bizarra.
SECUENCIA VERY BEST DE "LA iNVASIÓN DE LOS ZOMBIES ATÓMICOS" EN STOP MOTION:
1º)
2º
3º
4º
5º
6º
7º
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Así que ya sabéis, después de todo no dejéis de echarle un ojo a esta peliculeja, que lo que es casquería barriobajera no le falta.
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KostroReportaje firmado por El Vaugan, quien promete que otro día de estos harála crónica de la segunda peli que se vió aquella mítica noche de Halloween: "MINDWARP", la peor mierda jamás protagonizada por Bruce Campbell, por culpa de la cual no pocos que se la tuvieron que tragar enterita entonces todavía lo odian... (al Vaugan, no a Bruce)